martes, 23 de agosto de 2011

Tanta lágrima y yo soy un vaso vacío

Ya no revientan las paredes de mi corazón al verte, en tan poco tiempo creí creerte. Charlatán, charlatán, charla-no hay. Así de inmóvil e introspectivo. Vas, vas, vas, vas, y loco, vaaaaas pero después venís. Alardeándote en todo lugar tenes tu grupito de, de, de... -FAAANS-. Aún y sin embargos, aún sin embargos, sin que me embargues el alma quiero decir, poco a poco mariposas de ombligo me llevaban a meterme en puros líos para frecuentarte. Mi manera de sentir fue cediéndote lugar, y regalándote sonrisas de las pocas que se dar, porque posta, che posta, no me sale fácil sonreírte, no a vos que me miras esperando verte reflejado así con cara de dejado. Pero de pronto, así de luces fuertes que te ciegan, una bocanada de aire me trajo que no me querías más, y no había más, no había más para mi, no hubo más remedio para esta enfermedad, y fue secándose la boca que después decidiste dejar de besar. Ahora mis ojos son de desperdicio un mes, tanta lágrima y yo soy un vaso vacío.

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